El sueño envuelve
las calles tranquilas
y sosegadas de mi
pequeño pueblo
que en paz duerme.
Ya pasó la hora de misa,
debotos en sus casas,
en la iglesia está callada.
Se apagaron las velas,
los santos ya no trabajan,
el cura descansa y reposa.
Se terminó la proclama
y el mercado ya cerró.
La plaza está en calma,
solo las palomas
quedan y hablan
de lo que se dijo
en el pregón.
El consistorio está cerrado,
y el alcalde presumido
se fué a su casa,
saludando a la gente.
Ahora llena tiene la panza,
es respetuoso con la siesta.
el alcalde se adormece.
Yo no soy alcalde,
ni cura,
tampoco tengo solución.
Cuando el pueblo duerme,
vendré a verte,
trepando por tu balcón.
No es que el sueño no me llegue,
pero cuando pienso en ti,
mi corazón late más fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso