domingo, 29 de septiembre de 2013

Mis manos te echan de menos (r)



Mis manos te echan de menos,
igual que mi pecho,
y mi boca.

Tu pelo negro,
tu suave aroma.

Reapareces,
después de tanto tiempo,
cuando casi te había relegado.

Estaba empezando
a acostumbrarme a vivir sin ti,
sin tus besos,
sin tus labios.
A vivir sin tu sonrisa,
y, sin embargo,
aún no te había olvidado.

Lo sé porque aún
no deshice la maleta,
con la que me fui de tu lado.

Una ronda de Minis (r)

1
No necesito pruebas
de que me quieres.
Decepcióname cada día
eso será motivo
más que suficiente,
para amarte
el resto de mi vida
eternamente

2
Puedo decirte de diez formas diferentes
lo que me enamoran tus ojos,
 o diez formas de como tu mirada
 devora como una llama mi suerte.
Puedo inventar palabras nuevas,
de lo que haría a tu lado
o de como en mis brazos desean tenerte.
Pero ninguna de ellas me sirve,
 tan solo te miro y callo, 
cuando mi corazón en tu pecho se pierde.

3
Estoy deseando verte
para agarrarme de tu mano
y la otra a la cintura,
 para cuando te mire a los ojos,
me enseñes el reflejo de la luna.

4
Un segundo es
 es tan poco tiempo
que convierte las cosas
en insignificantes.

Es lo que tardan los rayos
del sol en anunciar el alba,
los convertimos en nada,
no le damos relevancia.
Un segundo fue lo que
 tardé en enamorarme 
de tu sonrisa y tu mirada.
Un segundo
es lo que tardas
en sembrar un sueño
en mi alma.

5
Me gustaría verme rodeado
cada mañana por esos ojitos tuyos. 
Sentir cómo despiertan las flores
y se despojan del rocío,
con el calor del madrugada.

6
Me gusta madrugar cada mañana,
y sentarme a mirar en el mar
como brotan los rayos de sol
y divisar tu sonrisa en la luz del alba



7
La gente me mira e increpa
por qué todas las noches
observo las estrellas
abstraído de la tierra
con los brazos abiertos
como queriéndolas abrazar . . .
No saben que yo no miro a las estrellas,
 solo en ellas busco la manera 
de tenerte mas cerca
 y poderte besar.







jueves, 19 de septiembre de 2013

Siempre que he viajado en tren (r)



Siempre que he viajo en tren
paso las horas abstraído,
observando cómo el paisaje
transita por una ventana,
imparable delante de mí.

Columnas de arboles desfilando,
campos floridos y suelos espigados.
Tierras que se alzan,
vienen y van.
Arroyos de agua cristalina.
Arroyos que ahora son caminos,
de esta mi tierra, casi ya olvidada.

Clavo mis ojos en esas nubes,
inmóviles en el cielo,
sin alabanzas, 
posando ante mí,
ajeno a ese viento
que las envuelve, arrastra, y aleja.

Mas en este trayecto,
bajo el cielo,
miro por cristal de la ventana,
 y como pintado en el paisaje,
a la distancia,
veo el reflejo de tu cara,
acompañándome en mi camino.

Aún no he llegado a mi destino,
y ya quiero retornar.
Deshilar uno a uno
los pasos recorridos
para caer en tus brazos,
y darnos ese beso,
que antes de marcharme,
nos prometimos.




miércoles, 18 de septiembre de 2013

Quiero que llegue el día (r)



Quiero que llegue el día,
que juntos marcamos,
en ese calendario de pequeños sueños
que escribimos en nuestro destino,
donde tu camino y el mío
se encontraron.

Ese día donde caminamos
descuidados hacia delante
y dejemos atrás,
como por olvido,
tu soledad y la mía
unidas de la mano.

Ese día,
donde pueda contemplar
tu sonrisa tan de cerca,
que tú verás en mis ojos
el reflejo de mi alma rota
envuelta en fuego,
deslizándose con un beso
hasta tu boca.

Que llegue ese día,
donde me arrepienta
de no haberte abrazado antes,
y tu perdones a un cobarde,
que te quiere desde la primera noche,
desde mucho antes,
de este último día.

Ese primer día que sea el último
que mi corazón te busca
y te añora.
El último día persiguiendo sueños,
el último día del primero,
del resto de nuestra vida.



sábado, 14 de septiembre de 2013

Esa sonrisa que brota, (r)


 Esa sonrisa que brota

te viste bella,

te hace bella,

y que doblega mi alma,

te sienta tan bien,

que en la distancia,

añoro y reclamo,

para que me haga olvidar

el frío invierno

que me alberga.


Simplemente bella,

haces que me sonroje,

que quiera perderme embriagado

entre tus ojos y tus labios.


Bella,

que hace que mi corazón

quiera salir y huir

hasta tu pecho,

para que tú lo apacigües

juntando tus labios

con mis labios,

y lo retengas con un beso.



Sobre el andén (r)



Sobre el anden camino solo, 
rodeado de gente 
que vienen y van.

Veo como te alejas,
entre ajetreo y últimos suspiros;
entre reencuentros y desconocidos.

Y mientras te digo
que quiero retenerte
entre mis brazos,
una vez más, me preguntas
qué es la soledad.

Soledad es eso que se va contigo
lo que te demoraste 
en deshacer la maleta.
el frío que queda.

Esa habitación compartida, 
que has olvidado.
Ese último beso
que me no me has dado.

Soledad es ese billete,
que guardas celosamente
en el bolsillo la chaqueta.

Eso es mi soledad,
hasta tu regreso,
mi única compañera, 
ahora que te vas.


martes, 10 de septiembre de 2013

Junto al muro de tu casa (r)


 Junto al muro de tu casa

pinté un ventana

para asomarme

cada mañana.

La dibujé para

escalar con sigilo,

y en un suspiro,

ser tu amante.

Para ver, a través

de los cristales,

tus ojos negros,

y con el reflejo

suspirar en silencio.

Colarme por las noches

y en tus sueños,

regalarte un ramo flores

de orquídeas blancas.

En cada noche,

entrelazar las manos

mirando las estrellas,

y en la despedida

atrapar un beso.



jueves, 5 de septiembre de 2013

Mi soledad siempre fue (r)


 Mi soledad siempre fue una telaraña

hilvanada entre dos almas.

Un tú y yo que un día,

se disolvió en el olvido.


Mi soledad ha convertido

cada noche en mi vida,

en una interminable cuenta atrás,

entre sueños

y recuerdos,

una eternidad

entre deseos

y anhelos,

que reviven y brotan

con fervor,

desde rincones olvidados.


Noche tras noche,

alargada espera,

solitarias noches

donde mi soledad,

es mi única compañera.


Noche tras noche, aguardando

ese primer alba, donde,

olvide tu nombre.



Noche tras noche

busco en mi soledad

ese cordón umbilical,

me devuelva a la vida.




martes, 3 de septiembre de 2013

con mi corazón en guerra (r)


 Y con mi corazón en guerra

llegaron tus besos.


Besos que devolvieron a la tierra

los sueños que habían alimentado una vida

que hace tiempo naufragó

en una noche serena,

envuelta en el resplandor de las estrellas.


Y al amanecer,

resguardado entre tus brazos,

pude sentir

esa brisa cálida y apacible

que vaga y habita

entre el mar y la arena.


Dunes