Junto al muro de tu casa
pinté un ventana
para asomarme
cada mañana.
La dibujé para
escalar con sigilo,
y en un suspiro,
ser tu amante.
Para ver, a través
de los cristales,
tus ojos negros,
y con el reflejo
suspirar en silencio.
Colarme por las noches
y en tus sueños,
regalarte un ramo flores
de orquídeas blancas.
En cada noche,
entrelazar las manos
mirando las estrellas,
y en la despedida
atrapar un beso.
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