miércoles, 25 de abril de 2012

Mesa Camilla (r)



En el salón de nuestra casa

reposaba una mesa modesta,

en el mismo centro del salón,

custodiada por sillas de madera

en el frío comedor.


Nunca nos sentimos pobres

hasta la presumida mesa

alardeaba, la muy coqueta,

de un vetusto y  solitario jarrón.


Nunca le faltó halagos ni cariño,

colmada siempre con bellas flores,

depositadas con llana elegancia,

recogidas del campo

y regadas con amor.


En las frías noches del invierno,

la cubríamos con el viejo faldón,

desenterrábamos del trastero

un ennegrcido brasero

que avivámamos

con un puñado de picón.


Nuestros pies danzaban

felices alrededor.


Las ascuas menguaban,

anunciando de la hora,

y cada alma,

en silencio por su lado,

se retiraban hacia su cama,

cobijándose bajo el abrazo

de una gruesa manta.


Nunca pasé frío en mi casa

cuando nuestra madre,

desde el silencio,

nos custodiaba

y en la frente,

un beso buenas noches nos daba.



2 comentarios:

  1. ole la mesa, las flores yla mantita del pueblo....mmmm...

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  2. Igualito que ahora, calefaccion centralizada, superchimeneas,,,, Que recuerdos... Marga

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