A quién lates, oh mi pobre corazón,
en la inmensa noche,
con tanto fervor,
que caminas imprudente,
y no atiendes a razón.
Mi alma no entiende tus latidos,
y se adentra en una triste melodía,
acompasada por tu latir apasionado,
en busca de un amor olvidado,
que el tiempo ha guardado, y tu latir,
clamor entregado a un instante,
se convierte en herida.
Oh, corazón mío,
en la vasta penumbra,
a quién amas,
solo tú lo sabes,
y a tu anhelo entregado
no tengo reproche,
tu latir, en silencio grita,
como llama que se agita,
bajo las cenizas,
y a tus latidos, yo me uno,
en búsqueda, de un prolongado sueño.
¡Partamos amparados,
por la oscuridad de esta noche¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso