Siendo aún pequeño
aguardaba hasta que todos
estuvieran durmiendo
para subir las escaleras
que llevan hasta lo alto
de mi terraza.
Levantar la mirada
y mirar fijamente el cielo.
Soñaba,
anhelaba,
inventaba. . .
Lloraba bajo el manto negro.
Con la mirada,
atrapaba una estrella
entre las miles que se reunían,
y mis brazos abría,
como quien espera acoger
un abrazo.
Mi mirada se perdía
allá, tan lejos.
Mi corazón se animaba,
en tan ardua quimera.
Prometí subir cada noche
hasta el último día,
Prometí alcanzarla,
tocarla,
llevármela para mí,
para siempre.
Nunca fui consciente
de la distancia,
pero soñaba
tanto con tenerte
que con cada alba
tan solo me demoré
hasta la llegada
de mi muerte.
Ohhhhhh que preciosa, yo recuerdo el miedo que me daba a mi la oscuridad, pq en mi niñez y en un pueblo de alla lejos no habia luz por las calles, no entraba ningun reflejo por la ventana... yo me tapaba la cabeza.. Marga
ResponderEliminarNo dejes de escribir,esto es precioso...no tengo palabras solo puedo ponerme en tú piel e imaginar qué estoy allí
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