lunes, 19 de marzo de 2012

mi silla de madera (r)



Me siento en mi silla de madera

a contemplar el paisaje

desde mi ventana

y ver como los rayos dorados de sol

iluminan el camino mojado

y poco a poco se va secando.


Mis pasos ya no se aventuran

a caminar muy lejos,

estoy cómodo y cansado.

El verano lentamente anuncia su final,

y las golondrinas abandonan

sus cunas de barro en los tejados.


Me siento en mi silla de madera

a observar como la noche avanza

y el día se despide.

La vida no es más que un viciado

ciclo de imitaciones del pasado

y algunas transformaciones.

Las hojas marchitas se precipitan

hacia el suelo.

Las promesas y esperanzas

se nos van con el viento.


En esta tarde serena 

doy gracias por cada instante

vivido y sentido.

Dejaré atrás el acomodo

de la silla, y me levantaré,

no necesitaré mochila,

e inicaré un hermoso viaje,

a lo desconocido y descubrir

la belleza de lo efímero



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