miércoles, 28 de marzo de 2012

Bajo el cristal (r)



Sobre la frágil ventana

golpea con fuerza

el inexorable viento.

Abrumado,

me quedaba quieto,

nunca imaginé que contemplar

lágrimas caidas del cielo,

a través del cristal,

sería mi silencioso consuelo.


Miro como las ramas del naranjo
se agitan,

luchan

y estremecen.


Bajo el leve peso de la lluvia.
Las hojas débiles,

se vencen,

caen

y mueren.


No sé si fue la tormenta

quien me ató a la ventana

o fue el deseo de ver tu reflejo

traido hasta mi envuelto por el viento.


Sin saber,

sin dudar,

lloré.

Y como las hojas

del tenaz árbol

me dejé llevar,

arrastrado hacia el suelo.




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