Querer besarte
es como ver
el choque de dos olas en el mar.
Deseo sin destino
que navega sin vela ni
viento hacia tu boca.
Azul prohibido,
abismo de paz.
Lejana tormenta
que devora las palabras.
Tu boca,
ese horizonte perdido
donde la mar baila
a su alrededor
y se refugia celosa.
Corriente del deseo
donde las olas se mecen
suavemente y mueren
en un remanso efímero de tranquilidad.
Tu boca,
viaje sin retorno
mar embravecido,
timón y eco
de mi alma rota
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