Las palabras pueden ser un velo incierto
que no abarcan el sendero
que se desea transitar.
El corazón habla en susurros de ternura
calla de agonía,
grita y reclama,
o muere en el sosiego.
Pero las palabras no bastan.
Los suspiros que se abrazan,
componen la música del silencio.
Un amor perdido...
sinfonía callada.
El amor, lazo eterno en entrega,
se siente en cada latido
se adueña de los latidos
en cada caricia vivida.
Mi amor por ti
nunca fue ciego o consternado.
Mi amor por ti,
tinta desnuda de mis versos:
“Noche desvelada,
amor en desvelos
lágrimas de sangre
en el silencio ...”
Pero mis palabras
tampoco te bastan.
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