Para ti echaba a volar
una vieja cometa
en aquel abandonado solar,
testigo ajeno, donde por primera vez
nuestros labios se encontaron.
.
Un trozo de tela vieja suspendida
como sueños en ascenso
danzando en el cielo
y las nubes como testigos
de tiempos pasados.
Sueño arcoíris en un mar azul
de un retal esperanzado
empujado por aliento de mi pecho,
guiado por los hilos animados de mi pesar.
Ríes, me susurras al odio:
“tan solo es el viento,
encadenada y contenida
en un vuelo caprichoso.
Afloja sus hilos para dejarla volar
y camine erguida entre las estrellas.”
Corto sus hilos
liberando las penas
de la levedad.
Cuando me doy la vuelta,
mi mirada busca la tuya,
pero ya no estás.
En el viejo solar solo ha quedado
la cometa en su tambaleo ambiguo
como un recuerdo que se desgarra
con la certeza de que en cada brisa
mi amor por ti
aún está presente.
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