La primera vez que vi tus ojos,
descubrí que no iba a tener reposo,
que mi apacible mundo,
no estaba completo.
Tu pelo negro,
era como mirar una noche
que nunca moría.
Con un beso,
en tu ausencia,
nunca tendría respiro.
En mis sueños,
entre tus brazos,
buscaría mi lugar,
y al amanecer,
nunca te marcharías
de mi lado.
Mi reflejo viviría en tu mirada,
en un eterno abrazo.
No dejar nunca de quererte
sería mi descanso.
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