lunes, 29 de julio de 2013

Mi querida ladrona (r)


Si me arrebatas los ojos,
me aferraré fuerte a tu mano,
me enseñarás el camino,
y susurraras al oído
de qué color se viste hoy la luna.

Si me despojas de los labios,
recordaré cómo sacia
 un niño pequeño
su sed en la fuente.
Recordaré el aroma a canela,
ese perfume que dejaste,
como ofrenda, en mi boca.

Si me arrebatas el resto sentidos,
me quedará la memoria,
recordaré, cómo mi corazón latía,
cuando caminabas a mi lado.

Cuando pronuncies mi nombre,
se levantará el viento,
seré un pobre hombre
desnudo y desvalijado.

¿Y si te despojo de tu alma?

Mi querida ladrona,
¿aún no te has dado cuenta
que mi alma ya no me pertenece,
que te la entregué aquella tarde,
cuando nos miramos por primera vez?



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