martes, 2 de julio de 2013

A cada segundo, en mi mente (r)



A cada segundo, en mi mente
etérea y constante,
sin pausa.

Callado, en silencio, te miraba,
tras una pequeña ventana.
Nunca supiste cómo te anhelaba
en cada madrugada,
cuando me devolvías una sonrisa
tan solo con tu mirada.

Como los rayos del sol,
que reavivan vetustas ramas
tras una noche de frío y escarcha.

Pero el frío que llegó,
ya no se desvanece.
Añoro tantas cosas de ti,
incluso en tu ausencia.

Para cobijar mi corazón,
manché mis manos de barro,
lo cubrí con pétalos rojos
y recuerdos tuyos,
plantado rosas en mi jardín yerto.

Desearía cerrar los ojos,
y no buscarte
en mis noches de tormenta,
pero aquí sigo,
agotado y rendido,
tratando de no olvidarte.

Intento tropezarme con tu sonrisa
en cada uno de mis versos,
líneas manchadas con lágrimas
y borrones en tinta,
que apenas alivian mi melancolía.

El frío de la noche arrecia pronto,
y me embargaba la soledad,
intentando no olvidarte.

Cada sorbo de café,
es un amargo suspiro para hallarte,
un miedo a que se borren los recuerdos
y te ausentes para siempre.

Miedo a que te conviertas
en un trazo ininteligible,
una mancha de tizón negro,
difuminado en una lámina,
que se borra, con tan solo
el susurro del viento.










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