Por el sendero, erguida en su lugar,
una roca, destino o casualidad,
yace inmóvil, en la vastedad
obstaculizando el camino sin cesar.
El sendero bloqueado, ahí se mantiene,
si te inmovilizas, ningún paso prevalece.
Mas tras la roca, secreto se desoscurece,
un paisaje desconocido que se nos ofrece.
No es un simple tropiezo o desventura,
su peso retador, poderosa estatura.
Pero la roca nos otorga la ocasión de elegir,
otro camino, o nuevo porvenir.
Convierte cada roca en tu sendero,
en un nuevo viaje, desafío sincero.
Échale coraje, y avanza sin cesar,
descubrirás otros horizontes sin titubear,
Si ves una roca, no pauses el andar,
pues puede ser que otra, aceche en el par.
Ninguna piedra nos derriba,
que prevalezca tu entereza
pero si te paras a mirar,
otra más precisa
te caerá en la cabeza.