Persiste el recuerdo del rumor de tus besos,
vagando por mi alcoba,
perfumando esperanzas y excesos,
en las mañanas de mi mente,
dolor que escondo al anochecer,
donde las cicatrices florecen,
en un soliloquio persistente,
bajo la imagen de tu voz distante,
atrapada en los pliegues de mi piel.
En la vastedad de mi almohada,
extravío lágrimas en la oscuridad,
pero aún conservo la esperanza,
en el que tus recuerdos alcanzan
las playas de mi alma,
depositando paz y retornan su camino,
en esta travesía de mi ser,
donde las flores que contemplo en el día,
son las espinas que florecen
y se me clavan al caer la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso