viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando me siento abatido (r)



Cuando me siento abatido

acostumbro deambular

y caminar hacia la playa,

desnudar mis pies en el cálido vacío

y sepultar un llanto en la arena.


Abrazar el sonido de las olas

y contemplar, poco a poco,

en la silenciosa oscuridad,

cómo pasan las horas,

cómo menguan las estrellas.


La noche es fría y me abstraigo

distraido mirando la mar,

en la distancia que nos separa.

¿Y si pudiera atravesar

este océano infinito,

y nadar hasta la otra orilla?

Solo este manto turquesa nos aleja.


Pero sucumbo y

me abandonan las fuerzas.


En el crepúsculo,

recuerdo el primer día que te vi.

Ese, que tu sonrisa vestía

un ramillete de colores.

Ese, en que el brillo

de tus grandes ojos negros

avivaron esperanzas

en un solar yerto.

Ese día, en el que yo

erraba muerto

y mi corazón renació 

buscando tu encuentro.



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