Dos Rosas (r)

Viajo por las calles

con dos rosas en una maleta,

concebidas en ese mundo

que, para ti, construí en mi corazón.

Cada paso que avanzo,

cada tropiezo, que devora,

son testigos de que no fui más feliz

de allá de donde vengo.

Y que partí una noche cualquiera,

callando,

hacia tu encuentro.

Apresuro mis pasos, 

cierro mis ojos,

en busca de tus brazos.

Pero ni si quiera sabes

que te quiero.

Viajo con dos rosas

que son para ti.

Vestigio de dos heridas,

que arrancaste de mi pecho.

Sueños I (r)

He deseado tantas veces

acercarme al borde del abismo,

huir y echar a volar,

que he dejado de divisar

el amanecer de los días claros.

Alejarme tan alto,

que los árboles no puedan

verme llorar de nuevo.

Abandonar una tierra,

que ya no me otorga consuelo

y ahoga mi último aliento.

Cierro los ojos ,

imploro,

se hace el silencio.

Mis pies aún están 

llenos de  barro.

Abro las manos,

lloro,

no sé si sigo soñando.

Lejos queda el cielo.

Empujado a caminar (r)

Empujado a caminar,

cuando las estrellas

despiertan a media noche.

Bajar a la mar,

y escribir tu nombre

en la cálida arena,

tantas veces como

las borra la marea.

Tantas

como mi pecho,

en silencio

aún te desea.

Y a pesar que cada ola,

regresa burlona

para llevarse tu nombre

Allá, tan lejos,

yo lo escribo de nuevo,

cada vez,

con más fuerza.

Y será mi condena

que mi corazón late,

al amanecer,

con cada ola

que te lleva.

Quisiera no tener memoria (r)

Quisiera no tener memoria,

que cada recuerdo

sea el primero,

y cada vez que te mire a los ojos,

ver como renace

una historia incierta,

donde yo,

me enamoro

de tus labios,

y tú, quebrantas mi silencio.

Cada día que te mire,

descubrir, que te quiero

por primera vez.

Quisiera no tener memoria,

y en las noches que te echo de menos,

dejar marchar libres mi sueños,

alejarme de tus recuerdos,

y dejar de sentir

este dolor en el pecho,

cada uno de los días

que te sigo queriendo.

Nunca debí mirar tus ojos (r)

Nunca debí 

mirar tus ojos.

Has hecho que 

deje de ser 

dueño de mis ilusiones

y despojarme de mis sueños.

Miré tus ojos

 y me perdí a merced,

sin remedio,

en sus misterios.

Todas las noches,

cada una de ellas,

se escabullen

y me abandonan,

en busca de esa calma,

que sólo logran

estando contigo.

Cierro los ojos (r)

Cierro los ojos

y evoco

el susurro de tu voz

como la sombra de un sueño

casi olvidado.

Un suave eco

del pasado,

que se desliza lentamente

por mi vida,

dejando estelas

a su paso.

El murmullo

de un río

en su incesante búsqueda

de un destino

distante.

El sueño de un mundo

de cielo azul,

bañado por un mar dorado,

que se desvanece sin rumbo,

hacia tus brazos.

Un sueño ya condenado

donde, ahora,

solo emergen

en mi corazón

las lágrimas del pasado.

sentado en la orilla (r)

Aquí, sentado en la orilla,

con los pies jugueteando con el mar,

pienso cómo decirte que te quiero.

Que quisiera algún día

sentir latir tus labios

cerca de mi boca.

Pero mi osadía viene y va,

acompasando las olas.

Me tumbo en el suelo

y juego con la arena

entremezclada entre mis dedos.

Con la brisa rozando mi mejilla,

pienso en ti,

y quisiera sentir,

aunque sólo sea un leve instante,

como tu pelo,

embelesado por el viento

 roza mi cara,

mientras el agua salpica mi alma.

Y cada noche

mientras tú duermes

y yo sueño despierto,

persiguiéndote tras las olas

pero no sé cómo decirte que te quiero.