Nunca debí
mirar tus ojos.
Has hecho que
deje de ser
dueño de mis ilusiones
y despojarme de mis sueños.
Miré tus ojos
y me perdí a merced,
sin remedio,
en sus misterios.
Todas las noches,
cada una de ellas,
se escabullen
y me abandonan,
en busca de esa calma,
que sólo logran
estando contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso