He deseado tantas veces
acercarme al borde del abismo,
huir y echar a volar,
que he dejado de divisar
el amanecer de los días claros.
Alejarme tan alto,
que los árboles no puedan
verme llorar de nuevo.
Abandonar una tierra,
que ya no me otorga consuelo
y ahoga mi último aliento.
Cierro los ojos ,
imploro,
se hace el silencio.
Mis pies aún están
llenos de barro.
Abro las manos,
lloro,
no sé si sigo soñando.
Lejos queda el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso