Aunque mi corazón guarde silencio (r)

 Aunque mi corazón guarde silencio

y ya no te nombre,

sé que aún te quiero.

Porque a cada madrugada

despierto envuelto

bajo la sombra de tus brazos,

ese cálido velo imaginario,

como cuando me despertaba

bajo las sábanas

con uno de tus besos.

Porque en mis noches,

en una habitación tan esquiva y oscura

como las tardes de invierno,

sigo cerrando los ojos,

esperando que se esfume el tiempo.

Y me aferro a una almohada,

como niño pequeño,

huyendo de una pesadilla.

Aunque mi corazón ya no te nombre,

sé que aún te quiero,

tratando de quebrantar la distancia

entre mi dolor y tu silencio.

No pretendo un beso (r)

 No pretendo un beso tuyo,

ni cosechar un anhelo,

en un jardín de rosas

donde sólo brotan espinas.

El desierto nunca fue tierra

para sembrar sueños.

No quiero que me quieras,

tan sólo entra,

remueve y agita mi vida.

Encuentra esa herida

que otra, antes que tú,

ya clavó en mi corazón.

.

Mi corazón es como (r)

 Mi corazón es

humilde patio abierto,

repleto de rosas

y amapolas,

en muros blancos

de cal y arena fina.

Con suelo de piedra,

y por techo,

un trocito de cielo

abierto de par en par

que susurra un “te quiero”,

al ver pasar una nube.

¿Y ese naranjo que

hay en medio vestido

con lunares y azahar?

Lo plante para ti

para cobijarnos

de la luna celosa,

bajo su sombra,

podernos amar.

Quiero que la vida (r)

 

Quiero que la vida pase de largo,

me acaricie con dulzura,

y me lleve con ella.

Cerrar los ojos

y sentir un abrazo,

sellar esta herida,

que persiste y no cesa.

Dejar de apresurar mis pasos,

cuando en mi soledad,

te asomas en mis pensamientos.

Dejar de hacerte hueco

en mi corazón,

un rincón que para ti,

nunca fue suficiente.

Renunciar a ser aquel niño,

que cada noche,

bajo las sábanas,

te busca escondida bajo la cama.

Quiero que la vida pase de largo,

me bese con su brisa

y en ese beso,

encontrar mi descanso.

He atravesado medio mundo (r)

Crucé medio mundo,

desesperado, en tu búsqueda.

Viví escondido

entre sueños ajenos

y voces desconocidas,

y con la monotonía,

los hice míos,

para encontrar consuelo.

Dormí en callejones

tan oscuros, que la mano divina

hace tiempo se olvidó ellos.

Donde la vida vale menos

que un trozo cartón para abrigarse.

Y ahora que te encuentro,

mi coraje flaquea,

tiemblo y me arrodillo,

en el último instante.

Vine a reclamar

ese fragmento de corazón

que un día, sin piedad,

me arrebataste.

Quise recuperarlo

para amar de nuevo,

y terminé entregándote

mi vida.

Mi querida ladrona (r)

Si me arrebatas los ojos,

me aferraré fuerte a tu mano,

me enseñarás el camino,

y susurraras al oído

de qué color se viste hoy la luna.

Si me despojas de los labios,

recordaré cómo sacia

 un niño pequeño

su sed en la fuente.

Recordaré el aroma a canela,

ese perfume que dejaste,

como ofrenda, en mi boca.

Si me arrebatas el resto sentidos,

me quedará la memoria,

recordaré, cómo mi corazón latía,

cuando caminabas a mi lado.

Cuando pronuncies mi nombre,

se levantará el viento,

seré un pobre hombre

desnudo y desvalijado.

¿Y si te despojo de tu alma?

Mi querida ladrona,

¿aún no te has dado cuenta

que mi alma ya no me pertenece,

que te la entregué aquella tarde,

cuando nos miramos por primera vez?

Clavo mi mirada (r)

 Clavo mi mirada en el horizonte,

al cielo alzo mis brazos,

esperando que la brisa retorne.

Solo necesito recordar

una de tus caricias,

para liberar, en vuelo, mi soledad,

y salga al encuentro de tu compañía.

Quedarme atrapado

a orillas del mar,

y acompañado entre las olas,

¡déjame soñar!

Soñar de rodillas,

apretando los puños con ira,

y las manos vacías

derramando arena,

y que mis lágrimas

se diluyan con la sal.

Soñar tu mano deslizándose

bajo mi mejilla,

y mi mundo anidando en su regazo.