No pretendo un beso tuyo,
ni cosechar un anhelo,
en un jardín de rosas
donde sólo brotan espinas.
El desierto nunca fue tierra
para sembrar sueños.
No quiero que me quieras,
tan sólo entra,
remueve y agita mi vida.
Encuentra esa herida
que otra, antes que tú,
ya clavó en mi corazón.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso