viernes, 27 de abril de 2012

Esclavo (r)



Refugiarte entre mis brazos,

mi deseo

que no alcanzo.


¡Y duele tanto¡


El hueco en mi pecho,

un grito sordo

de desespero.


Anhelo,

sin recompensa

ni eco,


Me aterra

el deseo,

una acaricia de tu mano,

un sueño,

al viento

sin destino

ni dueño.


De mi boca un te quiero,

 esperando

tu reflejo

en el sendero.


Soy un esclavo,

aletargado

en un rincón

del tiempo.



miércoles, 25 de abril de 2012

Mesa Camilla (r)



En el salón de nuestra casa

reposaba una mesa modesta,

en el mismo centro del salón,

custodiada por sillas de madera

en el frío comedor.


Nunca nos sentimos pobres

hasta la presumida mesa

alardeaba, la muy coqueta,

de un vetusto y  solitario jarrón.


Nunca le faltó halagos ni cariño,

colmada siempre con bellas flores,

depositadas con llana elegancia,

recogidas del campo

y regadas con amor.


En las frías noches del invierno,

la cubríamos con el viejo faldón,

desenterrábamos del trastero

un ennegrcido brasero

que avivámamos

con un puñado de picón.


Nuestros pies danzaban

felices alrededor.


Las ascuas menguaban,

anunciando de la hora,

y cada alma,

en silencio por su lado,

se retiraban hacia su cama,

cobijándose bajo el abrazo

de una gruesa manta.


Nunca pasé frío en mi casa

cuando nuestra madre,

desde el silencio,

nos custodiaba

y en la frente,

un beso buenas noches nos daba.



lunes, 23 de abril de 2012

Tarde De Cumpleaños (experimental)


Hace ya mucho tiempo,
que no celebro mi propio
cumpleaños;
hoy fui a  festejar uno ajeno.

Las tardes de los domingos
tienen lo que tienen
cuando no se tiene
algo que hacer.

Setenta y un años,  orgullosa madre
y maestra  Baile,
tan modesta como las zapatillas
 a la base de, por sólo hoy, 
su entronizada silla.

En el centro del cumpleañero patio,
una mesa larga, vestida para la ocasión;
 cobijándonos bajo la sombra 
de un majestuoso olivo
que plantó su difunto marido,
recuerdo eterno de sus raíces, 
cuando la guerra les hizo abandonar Jaén.

Entre risas, copas y café, discurren
sobre cuál fue el  mejor momento
de sus vidas; unos que si los cuarenta y cinco
otros  que mejor a los cincuenta y tres.
Yo, me tapaba la boca, con un trozo de pastel
y me pensaba para mí:
“me quedo con mis treinta y seis.”



A esa edad,
siempre se habla de lo rápido que pasa la vida
y que la vida pasa tan rápido, que
el único intento que hacemos por conservarla,
es hablar  de los recuerdos y del pasado, 
como si eso sirviera para detener el tiempo.
Y sin embargo, el tiempo se detiene.


Da gusto pasar la tarde, en familia
y que rápido se pasa el tiempo
claro, con la familia de otro
Si fuese la nuestra, se pasaría lenta,
Mucho más lenta.

Refrescando ya la tarde,
brindis final
obsequio la Soberana, 
en pie, frente a su familia,
estirando su copa de cava.
Dio gracias por la compañía
y que otro año más a apuntar en la cuenta.
-a mi edad . . . la vida o te “ajamona” o te “amojama” 
que Dios os conserve en salud,
 que la mía ya está por pedir la cuenta,
allá arriba mi "marío" se impacienta
pero que me quiten lo “bailao”.

domingo, 22 de abril de 2012

Te soñé tanto (r)


Te soñé tanto
que no creías cuando
te decía que en mi sueño
tú eras el sueño
que yo soñaba soñar.

Yo siempre ensoñaba contigo.
No sé qué anhelas en tu soñar.

Ahora quieres soñar a mi lado
soñar que sueño contigo,
 soñar que nos soñamos.

Tú, sueña conmigo en tu lado
que yo, ahora, en el mío
  seguiré roncando.



No veo (r)


No veo
 a través del tiempo,
ni lo que 
tras la esquina aguarda,
no soy 
un temerario ciego.

Algo inquieto,
 algo apasionado.
Yo me autoproclamo
loco enamorado.
Tu simplemente
 me ves hueco
por dentro.

Sueño 
con quitarte el velo
y por delirio, 
de un solo día,
ver juntos al sol y la luna, 
en el cielo.

Pero los locos no soñamos,
vivimos en nuestra mente.




viernes, 20 de abril de 2012

Flor De Pascua (r)



En mis noches de soledad
hace tiempo que me acompaña
una Flor De Pascua,
a esta hora seca y marchita ,
en uno de los rincones de mi habitación.
La miro desde la distancia,
inerte e inmóvil,
no me atrevo a tocar sus hojas,
procurando que no se
resquebraje su historia.

No recuerdo su perfume,
tras tanto tiempo
su fragancia se esfumó,
al igual que su color desvaneció.
O simplemente olvidé.

La contemplo en silencio,
preguntándome por qué la mantengo aquí,
es tan solo una flor marchita,
que ni huele ni florece
y su estación ya pasó.

Quizas sea por ceguera o cobardía,
he visto demasiadas flores palidecer
y no quiero resignarme,
de nuevo, al dolor,
será mi inconsciencia
o me que niego a olvidar.

Quizás sea hora de darle su adiós
ponerle tierra encima,
para que la vida siga
y otra nueva en su lugar
en nuestro jardín inteior,
su sitio pueda ocupar.



No sé por qué escribo (r)



Escribo sin saber el porqué,

sentado cada día ante el escritorio,

absorto en la hoja en blanco,

esperando que brote algo dentro de mí.

Me siento a esperar,

a que aparezca una imagen,

o se apague el sonido.

Mis dedos exploran el papel,

buscando a ciegas algún matiz,

alguna dirección.

No sé a quién escribo

pero te sigo buscando

en cada trazo.


Pienso en el amor,

sin haberlo tocado,

sin estar herido,

hablo del dolor

que no he vivido.

Ese dolor que brota, afligido, 

y transforma mi corazón 

en  un trozo de carne.


Entre versos fumo un cigarro,

mientras contemplo

como el humo se escapa por la ventana,

como la vida se desvanece.


Con cada línea,cada palabra

es un intento de encontrarte

de traerte a mí,

transcendiendo el papel

y mi mente.


 Sé que te quiero, pero,

¿será suficiente?

En cada verso,

cada sílaba,

eres tú.


Las palabras fluyen por mis dedos

ansiando acariciar tu pelo.

Derramo tinta sobre el lienzo,

con lágrimas, escribo y borro,

mis pensamientos


Sólo me queda escribir 

y el recuerdo de cómo me mirabas.

Aun no eres pasado

y ya te echo de menos.

No eres verbo futuro

tan sólo eres,

La Palabra en mi boca



Dunes