Han pasado tantos años
desde la primera vez que te vi,
que ahora debo cerrar los ojos
frente al espejo, para recordar
cómo me mirabas,
sin ser consciente
de que, desde hacía tiempo,
había rendido, desnuda,
mi alma por completo.
Me dejaste amarte,
y poco a poco llenaste
ese hueco horadado en mí.
Me dejaste amarte,
pero nunca sabré si llegué tarde
las historias de nuestro amor
se escribieron en urnas de cristales,
y nunca me dijiste, que tu corazón,
nació sin reflejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso