martes, 2 de enero de 2024

Mis lágrimas



Mis lágrimas

son los tatuajes que emergen

desde las cicatrices del alma.

Gota a gota, en la mirada,

río a río, en el pecho,

bordando tu figura,

en busca de tus límites,

hasta perecer en mi lecho.


lunes, 1 de enero de 2024

Las lágrimas se deslizan

 

Las lágrimas se deslizan

por la fachada de tu silencio,

gotas de mar en esos ojos cansados,

de un corazón que se erige en muralla.

No es suficiente la distancia,

las palabras se agolpan en el pecho.

Los días pasan de largo

consumiendo las brasas,

que se apagan en tu boca,

con el frío de tus labios.

El ayer es inmutable,

respira,

aléjate de la hoguera,

y suspira,

que el tiempo,

no está de nuestra parte.



Compongo sueños



Compongo sueños que nunca son, 

y me imaginé enamorado,

entregado por completo a tu abrazo,

preso al rumor de tus labios.

Concibo promesas,

que  nunca zanjamos,

cegado por tus lágrimas aparentes, 

tu tenue sombra, 

donde encuentro mi espacio.

Y aun así, 

rendido y enamorado de tu vacío,

con todos los segundos,

en cada uno de tu pasos. 

A pesar de todo, 

creo que simplemente lo hago,

para poder sentirme solo.



el rumor de tus besos

 



Persiste el recuerdo del rumor de tus besos,

vagando por mi alcoba,

perfumando esperanzas y excesos,

en las mañanas de mi mente,

dolor que escondo al anochecer,

donde las cicatrices florecen,

en un soliloquio persistente,

bajo la imagen de tu voz distante,

atrapada en los pliegues de mi piel.



En la vastedad de mi almohada,

extravío lágrimas en la oscuridad,

pero aún conservo la esperanza,

en el que tus recuerdos alcanzan

las playas de mi alma,

depositando paz y retornan su camino,

en esta travesía de mi ser,

donde las flores que contemplo en el día,

son las espinas que florecen

y se me clavan al caer la noche.



Bajo una lluvia

 


Bajo una lluvia indiferente, un hombre solitario pasea por callejones desiertos, desvaneciéndose entre las sombras y las gotas percutiendo en la etérea oscuridad. Un farol titila, iluminando su rostro macilento. Un susurro, como eco de un lamento primitivo, perfora el silencio: "Te observo". Acelera, a cada paso se esconden miradas ocultas.

La lluvia, torrente de lágrimas benevolentes, cae con más intensidad. Al doblar una esquina, un destello desvela otra silueta amenazante, abominable. El susurro se torna diferente, más lúgubre, más gutural,: "No escaparás".

Al alba, la policía descubre dos cuerpos desmembrados despojados de toda señal de vida.


 

hábito cotidiano

 


Con el paso de los días,

creé el hábito cotidiano,

que acompaña mis horas,

entre el café de las mañanas,

y las noches sobrias.


Acomodé en mi rutina,

la monotonía de quererte,

amarte en lo sencillo,

sin alardes,

en lo diario,

sin extravagancias,

en lo imperceptible,

en lo mundano.


Amarte día a día,

simplemente con calma,

con la constancia inadvertida,

con la cual siempre te he amado.



Dunes