Quisiera no tener memoria (r)

Quisiera no tener memoria,

que cada recuerdo

sea el primero,

y cada vez que te mire a los ojos,

ver como renace

una historia incierta,

donde yo,

me enamoro

de tus labios,

y tú, quebrantas mi silencio.

Cada día que te mire,

descubrir, que te quiero

por primera vez.

Quisiera no tener memoria,

y en las noches que te echo de menos,

dejar marchar libres mi sueños,

alejarme de tus recuerdos,

y dejar de sentir

este dolor en el pecho,

cada uno de los días

que te sigo queriendo.

Nunca debí mirar tus ojos (r)

Nunca debí 

mirar tus ojos.

Has hecho que 

deje de ser 

dueño de mis ilusiones

y despojarme de mis sueños.

Miré tus ojos

 y me perdí a merced,

sin remedio,

en sus misterios.

Todas las noches,

cada una de ellas,

se escabullen

y me abandonan,

en busca de esa calma,

que sólo logran

estando contigo.

Cierro los ojos (r)

Cierro los ojos

y evoco

el susurro de tu voz

como la sombra de un sueño

casi olvidado.

Un suave eco

del pasado,

que se desliza lentamente

por mi vida,

dejando estelas

a su paso.

El murmullo

de un río

en su incesante búsqueda

de un destino

distante.

El sueño de un mundo

de cielo azul,

bañado por un mar dorado,

que se desvanece sin rumbo,

hacia tus brazos.

Un sueño ya condenado

donde, ahora,

solo emergen

en mi corazón

las lágrimas del pasado.

sentado en la orilla (r)

Aquí, sentado en la orilla,

con los pies jugueteando con el mar,

pienso cómo decirte que te quiero.

Que quisiera algún día

sentir latir tus labios

cerca de mi boca.

Pero mi osadía viene y va,

acompasando las olas.

Me tumbo en el suelo

y juego con la arena

entremezclada entre mis dedos.

Con la brisa rozando mi mejilla,

pienso en ti,

y quisiera sentir,

aunque sólo sea un leve instante,

como tu pelo,

embelesado por el viento

 roza mi cara,

mientras el agua salpica mi alma.

Y cada noche

mientras tú duermes

y yo sueño despierto,

persiguiéndote tras las olas

pero no sé cómo decirte que te quiero.

Me entró vértigo (r)

Me entró vértigo,

con la idea de perderte.

Extravié el norte,

me salí del camino,

y sentí eso que llaman,

tristeza y un vacío en el alma,

al ver que ya no estabas.

Que de vacío no tiene nada,

pues se siente cómo algo

dentro de mí que llora y no calla.

Como si fuera un gato pequeño,

agarrado con fuerza

a una vieja manta,

clavando sus pequeñas garras,

rayendo uno a uno los hilos

de una alma deshilachada.

Me entró vértigo

con la idea de no tenerte,

y tú, lo viste en mi cara.

Me diste un beso,

mientras tu sonrisa me abrazaba.

Cerramos juntos los ojos,

y con el tiempo pasando

alrededor de nosotros,

ya nunca tuvimos

que decirnos nada.

A menudo, mientras camino solo (r)

Mientras camino solo,

dejo caer mi brazo en vano,

y mi mano busca, ansiosa,

entrelazarse con la tuya,

anhelando ese encuentro

que un día se desvaneció de mi lado.

Apenas logro atrapar entre mis dedos

fragmentos de silencio

y briznas de recuerdos.

Solo siento la fría brisa del invierno 

que fluye y se desvanece.

Observo como las negras nubes

envuelven el horizonte,

y el viento desgarra las hojas,

caminando en mi soledad,

a sepultar un sueño

bajo un árbol de oscuro lamento.

A veces creo

que cuando mi corazón llora,

se agita la mar.

He soñado tantas veces contigo,

mientras camino en solitario,

que dejé atrás el olvido,

y comencé a lamentar

aquel primer día

en que no debí

echarte de menos.

Cómo quieres que duerma (r)

¿Cómo dormir, dime, ahora,

mientras el frío persiste,

y en mi mente no hay rastro

de tu presencia en mi cama?

La calidez de tus palabras

se esfumaron por el camino,

que ahora deambulan 

perdidas en la distancia.

O tal vez, tan sólo fueron

ilusiones mías que nunca

tuvimos.

Juegos de la fortuna

que nos separa en la espera,

cubriendo ese vacío

que mi corazón a tu lado reclama.