Hoy fui de entierro.
Uno de esos sin coronas
ni lágrimas ni flores,
donde solo un árbol viejo llora,
depositando en el frío suelo
hojas secas como ofrenda,
acomodadas en la tierra,
como oración de consuelo,
y poco a poco,
el viento se las lleva.
Hoy fui de entierro.
A despedirme de ti,
sin derramar lágrimas,
solitario y desnudo,
acompañado de mi silencio,
para devolverte a la tierra
con mis manos desnudas
y mi corazón abierto.
Vendrá otra mañana
y aquí seguiré
desparramando
puñado a puñado,
tierra sobre tierra.
Nadie me dijo cuánta se necesita,
para en esta vida,
poder enterrarte y olvidarte.
joe macho.....que triste
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