Te fuiste,
te fuiste y aquí me dejaste
hincado de rodillas
como como un árbol sin sus ramas
como un payaso sin sonrisa.
Una lágrima,
una lágrima tengo en mi mejilla
oculta y escondida
que es todo lo que me queda,
para entregarte cuando vuelvas.
Tu nombre,
tu nombre olvidaría
pero no sé curar
con humo de cigarro
lo que la espina rasgó en mi alma.
Te fuiste,
te fuiste y aquí me dejaste
varado en mi camino
como un desierto sin sombra
como un eco sin destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso